Más de 40 años después de haber sido creada esta popular prenda de vestir femenina, otra vez se encuentra en tela de juicio. En esta ocasión la Iglesia Católica mexicana, ha recomendado a las mujeres que no lleven minifaldas para evitar ser asaltadas sexualmente. “Cuando exhibimos nuestro cuerpo sin recato, sin pudor, lo prostituimos porque provocamos en los demás sentimientos hacia nosotros a los que no tienen derecho” escribe el sacerdote Sergio Román en una publicación digital. Sin embargo, a pesar de ser un proyecto en busca del bienestar de la mujer, el debate sigue siendo la valides del argumento que justifica al agresor y culpabiliza a la víctima en los casos de agresiones sexuales.
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