miércoles, 10 de septiembre de 2008

El milagro de P. Tinto


Una vez más me tope en la vida con una de las pocas personas que conozco que no solo ha visto esta película, sino que la ha disfrutado. Quizás poco vista o poco apreciada, esta tierna comedia española cargada de surrealismo posmoderno, dirigida por Javier Fesser, con guión de su hermano Guillermo Fesser, nos ofrece un poquito de todo: el azar, la inocencia, la vida de pueblo, el peso del catolicismo, el patriotismo, los extraterrestres, la máquina del tiempo, las investigaciones científicas y los aparatos tecnológicos.
SINOPSIS: En su más tierna infancia, el niño P. Tinto tiene una revelación: su propósito en la vida debe ser la procreación de una abundante descendencia. Sueña con un montón de hijos que crezcan a su alrededor sanos y fuertes. Quince años después, P. Tinto y Olivia, una mujer ciega y tacaña, forman un hogar en un aislado valle por el que sólo pasa, cada 25 años, el Expreso Pendular del Norte. Los P. Tinto esperan ilusionados la llegada de los hijos, pero pasan los años y no aparece nadie. La inocencia que había entre la pareja les lleva a pensar que se puede procrear tirándose de los tirantes, y claro, de donde no hay no se puede sacar. Viendo que la física no promete, se ponen en manos de San Nicolás, le piden un niño negro, que han visto en la televisión, y que como están tan necesitados, así hacen además una buena obra. Cincuenta años después, dos marcianitos, a los que se les ha averiado el ovni, llegan al lugar, y los P. Tinto piensan en un primer momento que se trata de un milagro, y que Dios les ha premiado con gemelos...
La película aunque carece de línea argumental, tiene un estigma simpático y envolvente. Sus personajes están muy bien constituidos y la historia a pesar de ser tan absurda como irreal, deja un mensaje alentador que nos recuerda que existe esa posibilidad de cambiar la historia, de cambiar el destino.
La película ganó el Premio Goya a los mejores efectos especiales.

No hay comentarios: