No hacerlo mal, no es sinónimo de hacerlo bien. En nuestra sociedad hemos desvirtuado lo que representa realmente hacer las cosas bien, nos hemos acostumbrado a través de los años a que quien no roba, quien no es sujeto de acusación formal de corrupción, en general quien no ha cometido ningún “delito”, es entonces por demás un buen funcionario. Sin importar si este ha desempeñado o no las funciones para las cuales fue designado, si se ha ocupado de cumplir con meritos los deberes que corresponden a aquellas personas que han optado por servir a la sociedad y que por tanto están llamados a anteponer las prioridades y necesidades del país a que las propias.
Pero todos somos tan culpables como quienes nos mal representan, porque no exigimos más de lo que nos dan. De ahí que hoy los diarios nacionales publican: Temístocles Montás dice “la sociedad debe exigir explicaciones al Estado”. Todos debemos jugar nuestro rol dentro de la sociedad, empezando por conocer y exigir nuestros derechos como ciudadanos, pero no desde una sombra sentados, es necesario crear cultura de levantarse y exigir a través de los medios y mecanismos correspondientes para hacer valer nuestra voz.
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