lunes, 14 de julio de 2008

Pasión


La vida está llena de pasiones, o debería estarlo. Aquellas cosas que nos provocan seguir y seguir y nunca parar; que nos hacen rebosar el cuerpo de adrenalina. Por ejemplo, me resulta interesante ver con la pasión que el presidente venezolano Hugo Chávez, movido quizás por su búsqueda de idolatría, toma posturas tan generosas con los demás países latinoamericanos al proponer la llamada "política de solidaridad", y abogar con tanto entusiasmo por la “integración regional”. Porque aunque bien dice el dicho que “a caballo regalado no se le mira el colmillo”, la diversidad de razones que se conjugan para impulsar esta extraordinaria medida es apasionante. La idea de que toda esta solidaridad y compromiso esté puramente ligada a la necesidad de cultivar la grandeza y egocentrismo de Chávez, además de ser un arma socio-política para ganar “poder” en la región, son las razones que despiertan el rechazo de los “escuálidos” o anti chavistas; esto se suma a una política con fundamentos firmes que día a día gana más adeptos en la región. Todos son aspectos que ganan valor cuando pensamos que sin importa lo que lo impulse, esta política verdaderamente podría llevarnos a lograr integrarnos como región para buscar soluciones a nuestros problemas económicos, políticos y sociales y alcanzar el desarrollo necesario para poder competir con las demás potencias mundiales. Así que en hora buena a la egolatría chavista!

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