domingo, 13 de julio de 2008

Titiritero


Hace unos días tuve la oportunidad de conocer a la madre de una de mis más recientes amigas, y como muchas otras cosas interesantes, descubrí que se dedica desde hace una vida, a fabricar títeres. Me quede fascinada con la labor artesanal que conlleva construir los títeres, en especial aquellos en los que se introduce literalmente la mano para, a través de ellos, representar cuentos o historias. Estos maravillosos muñecos también son llamados fantoches, monigotes, marionetas, mequetrefes y muchos otros nombres que habremos oído anteriormente. Sin embargo, contrario a lo que muchos piensan estos personajes tienen en sí mismos una personalidad dada por quien los creo en primera instancia, quien les dio la expresión en el rostro, eligió el color y forma de su vestimenta, en resumen, dio forma a su existencia; esto quiere decir que el títere “existe” antes de que el titiritero entre la mano o agarre los hilos y ponga vida en sus palabras y movimientos. Pero después de aquel interesante encuentro me quede con la duda de cual será más fascinante, la labor de quien construye el personaje o la de quien le da vida y lo interpreta.
Como dice Joan Manuel Serrat: De aldea en aldea/ el viento lo lleva/ siguiendo el sendero/ su patria es el mundo/ como un vagabundo/ va el titiritero.

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