Sapingo

Alexis Castañeda Pérez de Alejo, el poeta y periodista cubano, en su escrito sobre las regularidades socio-psicológicas del buen sapingo, lo definió de la siguiente manera: dícese del varón, hetero, diletante que siempre aparenta ser artista, o estar muy cerca del mundo artístico y se precia de conocer a algunos de ellos; son esencialmente apolíticos, no es frecuente entre ellos hablar de este tema; la tendencia artística preferida es la música más alternativa; Siempre conocen canciones de Silvio Rodríguez, sobre todo de los primeros años del trovador, pero también de Carlos Varela, Santiago Feliú, Fito Páez, Sabina, algún integrante de la llamada generación trovadoresca de 13 y 8, o cualquier otro "izquierdoso de moda". No es fuerte la religiosidad entre los sapingos, aunque tampoco los ánimos antirreligiosos; poseen una resistente ductilidad que les permite adaptarse y reproducirse en cualquier época y situación; su interés principal es ostentar sus "conocimientos". Diletantes han existido en todas las épocas. Desde que la humanidad comenzó a acumular experiencias y conocimientos surgieron estos especímenes dedicados a recoger toda esa parafernalia paratextual que le puede servir para acotar detalles o puntos referenciales, sobre todo en materia artística, en cualquier encuentro o reunión.

Sin duda es una curiosa palabra cubana que aprendí un día sin saber porque ni para qué. Pero como decía siempre mi madre: nunca te acuestes sin aprender algo nuevo, valoro el día que la aprendí de quien lamento no haber tenido el tiempo de aprender muchas otras cosas, a mi casi amigo Luis G.