martes, 1 de julio de 2008

Manejar por la raya


La cultura de conducir en nuestro país es como todo lo que nos caracteriza, muy peculiar y particular. Años han pasado desde la primera vez que me vi tras un volante tratando de llegar a algún lugar sorteando en el camino a quienes parecen que siempre están en un domingo de paseo, no importa que sea plena hora pico en un día laborable; a quienes olvidan que según nuestras leyes de tránsito es permitido doblar a la derecha en rojo; a quienes aceleran para evitar que los rebases, para luego reducir nuevamente la velocidad y obligarte a ir a su ritmo como si esto fuera un símbolo de fortaleza o poder; pero peor que todo es tener que lidiar con aquellos que pareciera que nunca le dijeron que las calles tienen rayas continuas o interrumpidas, blancas o amarillas, por una razón pensada e inteligente, estas marcas pintadas en el camino le indican a usted donde manejar y qué clase de tráfico puede esperar. Ya sea que estén pintadas, casi borradas o simplemente imaginarias, es irritante cada vez que tienes que hacer malabares para esquivar a un conductor que olvido que la calle tiene carriles transitando justo en medio de la calle, o que simplemente decidió cambiar de carril pero tus dotes de psiquico no te avisaron a tiempo. Por Dios, seamos más conscientes o por lo menos considerados con los demás.

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