jueves, 3 de julio de 2008

Ni tan duro. Ni tan fuerte


La idea de crear un blog vino de quien menos podría esperarlo. Lo pensé por varios días antes de hacerlo, porque aunque disfruto el escribir las cosas que siento como una manera de compartirlas conmigo misma (me regocija leer lo que escribo tiempo después de hacerlo), a veces se convierte más que todo en un medio para dar a conocer más de lo que a mi sentido de la privacidad le gustaría.
Pero esta relación de amor-odio con los medios que nos exponen al público me resulta, aunque muchas veces entretenida, otras invasiva.
Blog, Weblog, Bitácora... Reconfortantes a veces, desesperantes otras. Siento lo que escribo y escribo lo que siento.
Al principio lo tomas como algo personal, te enamoras de la idea de tener una vía de escape para tus preocupaciones. Simplemente quieres plasmarlo, dejar constancia de ello para, algún día, contrastarlo con tus recuerdos. Pero cuando ves que hay gente que lo lee, personas que, de vez en cuando, teclean tu dirección para leer lo que tú escribes, ya sea para alimentar su morbo o simplemente por interés genuino, le das más importancia. Pero sigue siendo algo personal (y nunca dejará de serlo), con esencia más que tecnicismos.

1 comentario:

Alcione Aileen dijo...

Yo todavía pienso en escribir un blog, pero solo en momentos... en otros pienso en que definitivamente es un arma de doble filo, porque uno lo escribe con la intención quizás de desahogo, o de compartir anécdotas y conocimientos... pero aquellos que buscan amortiguar sus penas en los sentimientos del otro siempre encontrarán en los blogs información suficiente para según ellos satisfacer su ego...sin saber en realidad cuál ego se estará alimentando de cuál?